Adolfo Momares, director de Kimba:
“Tuvimos que adaptarnos rápidamente y cambiar”
Especializados durante la última década en el rubro textil, fabricando productos para mascotas con propiedades antibacterianas, antifúngicas, acaricidas y regeneradores de tejidos, la pandemia del nuevo coronavirus puso a Kimba en un escenario impensado, el de elaborar mascarillas y, con el transcurso de los meses, otros artículos para protegerse del contagio del virus. Es que apenas supieron que el mercado de las mascarillas chino se vio afectado tras los primeros reportes del Covid-19 en ese país, en Kimba analizaron el tema, en febrero ya estaban trabajando en el desarrollo de su propia línea y en marzo, ya las estaban vendiendo.
Hasta los primeros meses de 2020 no era posible encontrar mascarillas de protección facial en la tienda online de Kimba. Mucho menos unas con diseños de flores, medusas, cuadros de diversos colores y hasta animal print. No era parte del plan.
Pero eso cambió con la pandemia del Covid-19. Para esta empresa que fabrica textiles desde hace más de 30 años, las mascarillas cambiaron de rango de manera repentina: antes, no estaban siquiera en el radar del negocio. Hoy son su prioridad.
Durante los últimos 10 años, el foco de Kimba estuvo exclusivamente en el rubro veterinario, específicamente en las mascotas, como proveedores de productos textiles que ellos mismos fabrican, con propiedades antibacterianas, antifúngicas, acaricidas y regeneradores de tejidos, construidos con tecnología Copptech. Desde vendas y apósitos, hasta camas para perros o gatos. Sin embargo, esa línea de producción pasó a un segundo plano, al menos mientras dure la emergencia sanitaria, cuenta Adolfo Momares, director de la compañía. “Tuvimos que adaptarnos rápidamente y cambiar”, dice, sobre la razón que inspiró este giro en el foco del negocio.
Con los primeros reportes del virus en China, el mercado de las mascarillas de inmediato se vio afectado en ese país. El rubro textil de Chile lo supo antes que muchos, cuenta Momares. Y cuando eso ocurrió, empezaron a analizar el tema con preocupación. En febrero ya estaban trabajando en el desarrollo de su propia línea, y en marzo, ya las estaban vendiendo.
Con la ayuda de académicos e investigadores de las universidades Católica y de Santiago, hicieron varios ensayos de filtración y respirabilidad de sus mascarillas. “No sacábamos nada con hacerlas de tela antimicrobiana si no eran capaces de filtrar para evitar el paso del virus”, explica Adolfo Momares, director de Kimba.

La tecnología Copptech sobre la que se sostiene el textil combina cobre y zinc como agentes antimicrobianos activos. Copptech, a su vez, cuenta con certificaciones bajo distintas normas internacionales. Momares cree que, en parte, es lo que ha llamado la atención de clientes en México, Perú, Bolivia, Panamá y Estados Unidos, países a los que ya despachan pedidos.
Hasta los primeros meses de 2020 no era posible encontrar mascarillas de protección facial en la tienda online de Kimba. Mucho menos unas con diseños de flores, medusas, cuadros de diversos colores y hasta animal print. No era parte del plan.
Pero eso cambió con la pandemia del Covid-19. Para esta empresa que fabrica textiles desde hace más de 30 años, las mascarillas cambiaron de rango de manera repentina: antes, no estaban siquiera en el radar del negocio. Hoy son su prioridad.
Durante los últimos 10 años, el foco de Kimba estuvo exclusivamente en el rubro veterinario, específicamente en las mascotas, como proveedores de productos textiles que ellos mismos fabrican, con propiedades antibacterianas, antifúngicas, acaricidas y regeneradores de tejidos, construidos con tecnología Copptech. Desde vendas y apósitos, hasta camas para perros o gatos. Sin embargo, esa línea de producción pasó a un segundo plano, al menos mientras dure la emergencia sanitaria, cuenta Adolfo Momares, director de la compañía. “Tuvimos que adaptarnos rápidamente y cambiar”, dice, sobre la razón que inspiró este giro en el foco del negocio.
Con los primeros reportes del virus en China, el mercado de las mascarillas de inmediato se vio afectado en ese país. El rubro textil de Chile lo supo antes que muchos, cuenta Momares. Y cuando eso ocurrió, empezaron a analizar el tema con preocupación. En febrero ya estaban trabajando en el desarrollo de su propia línea, y en marzo, ya las estaban vendiendo.

Alta tecnología
Momares cuenta que en el transcurso de los meses avanzaron en perfeccionar el producto, para que el textil antimicrobiano no fuera el único protagonista. El primer lote de marzo, por ejemplo, es totalmente distinto al de junio, y no sólo en diseño, sino en funcionalidad.
Para eso buscaron ayuda de académicos e investigadores de las universidades Católica y de Santiago, con quienes hicieron varios ensayos de filtración y respirabilidad, es decir, la presión diferencial que se necesita para hacer pasar el aire exterior a través de la mascarilla: a mayor fuerza, más alto es ese índice, mientras que cuanto más fácil sea respirar con la mascarilla, más bajo será.
“Esa es una de las cualidades que diferencia a nuestras mascarillas de otras que están en el mercado. No sacábamos nada con hacerlas de tela antimicrobiana si no eran capaces de filtrar para evitar el paso del virus”, explica.
La tecnología Copptech sobre la que se sostiene el textil es el otro factor diferenciador, pues está patentada y combina cobre y zinc como agentes antimicrobianos activos, capaces de eliminar el 99% de bacterias, virus, hongos y ácaros. Copptech, a su vez, cuenta con certificaciones bajo distintas normas internacionales. Momares cree que, en parte, es lo que ha llamado la atención de clientes en México, Perú, Bolivia, Panamá y Estados Unidos, países a los que ya despachan pedidos, principalmente a empresas.
Además de las mascarillas, hay otros productos que surgieron en medio de la contingencia. Momares dice que en otro contexto no habrían podido pensar en el desarrollo de este tipo de artículos, pero le emociona poder estar en el grupo de las firmas locales que hoy luchan contra el Covid-19.
Más mano de obra
Kimba tuvo que contratar más personal para poder cumplir con la meta de producción de tres mil mascarillas diarias, mantener la producción de los textiles para mascotas -aunque en un nivel menor- y en paralelo trabajar en nuevos desarrollos.
Durante las primeras semanas de la pandemia, a la empresa entraron 80 nuevos trabajadores, por dos razones: sabían que la nómina, como estaba, no alcanzaría para cumplir con la demanda. Además, varios colaboradores pertenecientes al grupo de riesgo fueron enviados a sus casas, para protegerlos del Covid-19.
No tuvieron que despedirlos ni suspender sus contratos, aclara Momares y, en cambio, desde sus casas cumplen con otras labores, como recibir mascarillas y empaquetarlas, para luego despacharlas. “Eso es un gran privilegio en un contexto como este”, dice el ejecutivo, considerando que la pandemia también golpeó fuerte a la fuerza laboral del país: según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación alcanzó el 11,2% entre marzo y mayo, la más alta desde 2010.
Nuevos productos
Si bien las mascarillas son los productos que destacan en la tienda online de Kimba, hay otros que surgieron en medio de la contingencia y que hoy se comercializan en paralelo, como un overol desechable de protección, o un llavero “anticovid” que posee un aditivo de nano-cobre patentado, que se engancha en los dedos y sirve para digitar botones en cajeros automáticos o ascensores, o para ayudar a abrir puertas y que las manos no tengan que tocar ninguna superficie.
A mediados de julio, la empresa afinaba los últimos detalles de un impermeable para la lluvia, que puede ser especialmente útil en invierno, junto con una balaclava, apuntando a la industria minera.
Momares dice que en otro contexto no habrían podido pensar en el desarrollo de este tipo de productos, porque estaban totalmente enfocados en su línea para mascotas y con eso les iba bien. Pero le emociona el hecho de que Kimba haya tenido las herramientas para poder estar en el grupo de las empresas locales que hoy luchan contra el Covid-19.
“Esperamos que el cambio sea momentáneo. Pero aun así, para nosotros ha sido muy importante poder aportar al país de esta manera”, afirma.