Álvaro González, director del Centro de Investigación e Innovación de Viña Concha y Toro:
“Crear capacidades tecnológicas nos ha permitido hacer gestión de la incertidumbre”
La compañía, ubicada en la Región del Maule, transformó y puso a disposición parte de los equipos de su Centro de Investigación e Innovación (CII), para analizar muestras de Covid-19. De analizar los virus en plantas, la moderna infraestructura colabora hoy con la red de salud regional y el equipamiento está listo y certificado por las autoridades sanitarias para cuando se requiera aumentar la capacidad de testeo.
A fines de diciembre de 2019, el mundo se enteraba de un nuevo virus respiratorio que estaba afectando la salud de los ciudadanos de Wuhan, China. Al poco tiempo, salió de esas fronteras, propagándose por otras zonas de Asia y Europa, momento cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que el virus implicaba un riesgo para la salud pública y declarándolo luego, el 11 de marzo, como una pandemia. Los cierres de fronteras, cuarentenas obligatorias y resguardos sanitarios no tardaron en llegar.
A nuestro país, el primer caso confirmado por el Ministerio de Salud (Minsal), llegó el 3 de marzo y para ese entonces, el Centro de Investigación e Innovación (CII) de Viña Concha y Toro ya se había planteado la posibilidad de ver cómo ayudar al país a enfrentar de alguna forma lo que se vendrían meses después: colapsos en hospitales, falta de insumos para tomar exámenes, déficit de ventiladores y un aumento exponencial de casos y muertes.
El CIII se había inaugurado en 2014 con el objetivo de impulsar la ciencia, innovación y tecnología al interior de la compañía, buscando, entre otras cosas, perfeccionar los procesos productivos vitivinícolas a través de la I+D y el desarrollo de nuevas herramientas.
Un robot pipeteador, adquirido para preparar muestras de ADN de hongos para analizar los patógenos que afectan los viñedos, es una de las tecnologías con la que cuenta este centro ubicado en Talca, y fue la chispa que despertó el interés del investigador Felipe Gainza, líder en I+D+i en Biología Molecular en la firma, quien estudió la posibilidad de ver si los equipos serían capaces de analizar muestras de humanos.
La idea fue comunicada y propuesta a Rafael y Eduardo Guilisasti, presidente y gerente general de Viña Concha y Toro, respectivamente, quienes apoyaron inmediatamente la iniciativa, comenta Álvaro González, director del CII. Con ese apoyo, se avanzó para articular la colaboración con la red de salud regional, con el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y con la intendencia del Maule para poder poner en práctica los escenarios que había presentado Gainza.
“Cuando se creó el CII, jamás pensamos que íbamos a estar colaborando en medio de una emergencia como ésta pero, de alguna manera, crear capacidades tecnológicas, tanto a nivel de equipamiento e infraestructura como de capital intelectual, nos ha permitido hacer gestión de la incertidumbre: ante un evento inesperado como el Covid-19, podemos dar una respuesta y colaborar a nivel regional, pues contamos con capacidades que no son habituales en otras empresas”, apunta González.
Un robot pipeteador, adquirido para preparar muestras de ADN de hongos para analizar los patógenos que afectan los viñedos, es una de las tecnologías del CII, y fue la chispa que despertó el interés del investigador Felipe Gainza, líder en I+D+i en Biología Molecular en la firma, quien estudió la posibilidad de ver si los equipos serían capaces de analizar muestras de humanos.

-¿Cuál es el rol que juega el laboratorio y el robot vitivinícola que se adaptó para analizar muestras de Covid-19?
-Las capacidades del laboratorio de biología molecular del CII destacan por la robotización y automatización de sus procesos, contando, entre otros equipos, con un robot pipeteador Hamilton Microlab StarLet, que permite el procesamiento de 2.300 muestras diarias y un qPCR Thermofisher QuantStudio 5, con capacidad de diagnóstico de 768 muestras por día, los que, en primera instancia, fueron adquiridos para analizar virus en plantas.
Para hacer una reacción de PCR común, se necesita poner una placa que tiene muchas muestras. La preparación de esa placa es lo que toma más tiempo, pues se necesita una persona con una micro pipeta, preparando uno a uno el reactivo por cada pocillo, y colocando las muestras para así realizar la reacción en cadena de la polimerasa. Nuestro robot Hamilton hace todo este proceso de forma automática, siendo capaz de construir una placa en tiempo récord y sin el error humano.
Fue ahí cuando el CII se dio cuenta que se podía aprovechar este robot para empujar y acelerar el número de muestras que podía obtener los hospitales de la región.
-¿Han puesto a disposición otros equipos?
-El CII cuenta con otros equipamientos sofisticados como herramientas para hacer extracciones de las partículas virales y otros gabinetes de bioseguridad. En una primera instancia, decidimos donarlas o ponerlas a disposición del Hospital de Talca y de la Universidad Católica del Maule (UCM), que han jugado un rol estratégico en colaboración con Viña Concha y Toro para montar esta unidad de análisis.
-¿Cómo es el modus operandi de esta alianza público-privada y académica, y cómo se comparten los costos?
-La extracción viral de la toma de muestras se hace en el laboratorio viral que tiene la UCM. Nuestra capacidad es este robot que permite acelerar el proceso final de análisis por PCR, así que una vez que recibimos las muestras, preparamos las placas con todos los reactivos y luego, se pasa a analizar nuestros equipos de PCR cuantitativos, que permiten en tiempo real ver la presencia del virus.
En cuanto a los costos, tanto los insumos como los reactivos los pone el Estado. Nosotros ponemos a disposición la infraestructura de equipamiento, costos fijos que significa nuestro capital humano que opera todos estos equipos para llevar a cabo los análisis.
-¿Adaptar este laboratorio ha significado ciertos “sacrificios” para la compañía?
-En el CII trabajamos a través de cartas de navegación en todos nuestros proyectos de investigación en virología vegetal, los que hemos decidido suspender y en otros, aplazar las actividades para poner a disposición nuestra capacidad en pos de las autoridades y las personas.
“En el CII trabajamos a través de cartas de navegación en todos nuestros proyectos de investigación en virología vegetal, los que hemos decidido suspender y en otros, aplazar las actividades para poner a disposición nuestra capacidad en pos de las autoridades y las personas”, dice Álvaro González, director del CII.

“Recientemente, trabajamos en el montaje de un método alternativo, también por PCR, pero que no depende de los kits de extracción que hay que importar (…) Es relevante que tengamos alternativas analíticas, distintas a las que ofrecen los grandes kits comerciales en caso de desabastecimiento”
Seguir adelante
A fines de abril de este año, el laboratorio de biología molecular del CII de Viña Concha y Toro fue certificado por el Laboratorio de Investigaciones Biomédicas de la UCM, lo que permitirá que funcione bajo la dependencia del Servicio de Salud del Maule y realizar pruebas diagnósticas para la detección de Covid-19, como parte de la red de laboratorios articulado por el Ministerio de Ciencia.
-¿Saben cuándo podría ponerse en funcionamiento su participación?
-Eso depende de la autoridad, que evalúa el momento adecuado, como por ejemplo, si el sistema colapsa en términos de la demanda por análisis. Es ahí cuando entran a operar los laboratorios externos a la red de salud regional. Por lo tanto, las muestras que hemos trabajado han sido las que hemos utilizado en validar las metodologías y establecer nuestras curvas.
-Además de esta iniciativa, ¿tienen otros planes donde el CII puede seguir aportando?
-Recientemente, trabajamos en el montaje de un método alternativo, también por PCR, pero que no depende de los kits de extracción que hay que importar, punto importante por los quiebres de stock. Es relevante que tengamos alternativas analíticas, distintas a las que ofrecen los grandes kits comerciales en caso de desabastecimiento.
-Viña Concha y Toro también entregó sanitizantes…
-Así es, la compañía ha entregado alcohol gel y sanitizante, y ahí el CII ha jugado un rol de articulador y coordinación con las distintas áreas de la Viña que están trabajando para producir este producto, que ha sido entregado a distintas comunas a lo largo de Chile. Una iniciativa que fue liderada por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y un fondo privado de emergencia para la salud.
