Miguel Pérez, CEO de NovaRed:
“Tienes que ser como un mono porfiado: te dan un golpe y te vuelves a levantar”
De un tranquilo profesor universitario pasó a fundar NovaRed, empresa de ciberseguridad que tiene sede en cuatro países y da empleo a cerca de 300 personas. En octubre su compañía cumplió 25 años y pese a las dificultades que pasaron, mira hacia atrás con cariño y gratitud.
Y aunque le gustaba el mundo académico, el bichito de crear algo propio siempre daba vueltas en su cabeza. Por eso, cuando dejó su cargo administrativo y volvió a ser profesor de media jornada, en octubre de 1995, decidió ocupar el tiempo que le quedaba para fundar NovaRed.
Claro que en esos tiempos su empresa era muy distinta a lo que es hoy. Se dedicaban al desarrollo de software para grandes empresas, como los bancos. Así crearon el sitio web del banco BCI y del Santander, entre muchos otros. Y fue en ese contacto con la banca que detectaron la importancia del tema de la seguridad.
De esta forma, junto con el cambio de siglo, fueron girando el timón de la empresa hacia ese segmento y ya en el año 2004 eran una compañía dedicada 100% a la ciberseguridad.
“La gente piensa que el emprendedor es alguien a quien se le ocurrió una idea fantástica, la hizo y todo le resultó. Y no es así. A veces la idea con la que partiste no es la que te va a resultar y tú tienes que ir buscando dónde está el mercado, ponderando qué es lo que tienes que hacer. Yo creo que esa es parte de la magia. Y tienes que ser como un mono porfiado: te dan un golpe y te vuelves a levantar”, comenta.

La internacionalización
Esos años de migración del negocio no fueron simples, recuerda. “Cuando eres una empresa pequeña y no tienes caja para hacer cambios, hay que hacerlos igual sin recursos, con más esfuerzo. Hay que resistir, porque estás dejando un negocio y partiendo otro”, dice.
Otro minuto clave fue cuando entraron al mercado argentino. Ganaron un proyecto en el país vecino, celebraron, armaron la empresa allá, contrataron personal y se vino el corralito en el año 2001. Y todo lo que tenían desapareció de la noche a la mañana. “Teníamos que tomar la decisión de seguir apostando ahí o cerrar”. Y escogieron resistir y reducir su negocio a una persona en una oficina compartida hasta que la situación empezó a repuntar.
“Creo que los puntos de resiliencia normalmente son así. Viene una situación adversa y tienes que pensar cómo sales de eso. Y no hay solución fácil. Si uno piensa ‘soné y quiebro’, no habría empresarios, porque pierdes todo lo que has hecho. Hay que buscar alguna manera de salir”, dice.
Aunque reconoce que también hay que saber cuándo retirarse a tiempo. Fue lo que les pasó cuando quisieron llegar a Estados Unidos, en pleno boom de los servicios globales. Por mucho empeño que le pusieron, en el mundo de la ciberseguridad las confianzas son fundamentales y allá nadie los conocía. “La gente nos recibía, les gustaba lo que les proponíamos, pero no teníamos el tamaño, éramos una empresa chica”, cuenta. Y recuerda un posible negocio con una cadena de juguetes de más de 600 locales que en Navidad instalaba 600 locales más. “Era un tremendo negocio, pero no lo podíamos hacer, así que tuvimos que ser muy honestos”.
Reconoce que la experiencia fue valiosa, pero que decidieron concentrarse en Chile y reforzar la presencia en Argentina, donde estaban creciendo bien. Se unieron a otra empresa trasandina para seguir expandiéndose allá y luego hicieron un Joint Venture con la firma Etek International en Brasil, país donde tienen presencia desde 2012 con muy buenos resultados a través de Etek NovaRed. Además, cuentan con oficinas en España y actualmente trabajan remotamente proyectos en Perú, República Dominicana y Panamá.

La pandemia
Así, en pleno crecimiento y listos para celebrar sus 25 años los pilló este 2020 dominado por el Covid-19. Muchos proyectos que tenían en carpeta se suspendieron, pero también llegaron otros nuevos, sobre todo por la creciente demanda de seguridad en empresas que necesitaban implementar sistemas de teletrabajo o comercio electrónico que fueran confiables.
“La pandemia nos cambió un poco la orientación, porque tuvimos que darles respuesta a nuestros clientes, pero afortunadamente hemos mantenido nuestro plan de crecimiento”, comenta. Y apuesta a que la demanda aumente aún más de aquí a un par de años, cuando el mundo ya esté más consolidado en lo digital.
Así, mira confiado su compañía hacia el futuro. Su proyecto ahora es desarrollar centros de excelencia especializados en cada país, de modo de no ir duplicando la empresa en distintos lugares, sino que ir generando sinergias y aprovechando las posibilidades del trabajo remoto.
“Nos ha ido bien. Hoy en día somos casi 300 personas en todos los países, somos una empresa que tiene fuerza, que es creativa, que quiere seguir haciendo cosas y es optimista con el futuro”, dice.
Asegura que los problemas siempre estarán ahí, esperando para ser superados.
“Yo le diría a la gente más joven que los negocios no desaparecen de un día para otro ni crecen de un día para otro. Yo digo que ‘a cada día le basta su día’. O sea, tú ves y dices ‘tengo este problema y lo vamos a solucionar de esta manera, y este otro problema de esta otra forma’. Así vas avanzando. Y después de muchos pasos chiquititos se notan los pasos más grandes”.
“Cuando tienes problemas grandes, como una pandemia, tienes que buscar un acomodo, o achicarte para después volver a crecer”, agrega. “Esto es como andar en auto y ver que viene una curva. No puedes seguir derecho, tienes que doblar, te puede costar más o menos hacerlo, pero si sigues derecho te caes al barranco. Y eso no puede pasar”.